¿CÓMO FORTALECER LAS DEFENSAS?

 Ximena Sepúlveda Vásquez, Nutricionista

¿Qué hacer para fortalecer las defensas y sentirse mejor?  La respuesta es relativamente sencilla, pero pasa por un cambio interior nuestro o disposición a alimentarnos en forma más simple y sana. Un aspecto principal  es consumir cinco porciones diarias de alimentos ricos en antioxidantes.

¡Antioxidantes! Se abusa entre nosotros de esta palabra, sin detenernos a averiguar qué significa.

En términos sencillos, los antioxidantes son un grupo de moléculas contenidas en algunos alimentos, capaces de retardar o evitar  la oxidación de otras moléculas que están formando parte de la estructura de las células del cuerpo. Nuestro organismo normalmente no debiera tocar a estas moléculas estructurales, ayudando, así, a conservar la lozanía general del cuerpo, por mucho tiempo.  Sin embargo, como estamos sometidos a tanta agresión del ambiente, como la polución, las radiaciones, las ondas de la comunicación inalámbrica, la comida atiborrada de frituras, azúcares y sal, el cuerpo está obligado a echar mano, cada vez con más frecuencia al metabolismo de las moléculas estructurales, para adaptarse a este ambiente cada vez más inhóspito. Así, al destruir las proteínas estructurales se generan desechos ácidos, los radicales libres, que envejecen nuestro cuerpo aceleradamente.

Para graficar esta situación tan anómala del ambiento interno ácido – repleto de radicales libres – podemos compararla a la locura de desparramar cenizas en un jardín florido; todo se irá volviendo mustio precipitadamente. El primer antioxidante que se conoció fue la vitamina C.  Los aficionados a la historia recordarán, tal vez, a los envejecidos navegantes que llegaban a América con Colón; arribaban canosos, sin dientes, casi tullidos de calambres. Cuando volvían a Palos, no sólo lo hacían atiborrados de oro. También llevaban cocos, piñas, mangos, papayas y aguacates. El viaje de regreso los rejuvenecía.  Recuperaban la salud de sus encías, los piojos y la sarna ya no les carcomía la piel, el cabello se les volvía lustroso.  ¿Qué bueno podrían haber hecho estos aventureros codiciosos para merecer el premio del rejuvenecimiento? Nada, No eran capaces de hacer nada bueno. Simplemente la suerte los acompañaba una vez más y por casualidad,  al enjuagar sus fétidas gargantas con tanto néctar, se nutrían de vitamina C.

En la actualidad se conoce mejor la intimidad del proceso bioquímico que retrasa el envejecimiento, en que unos de sus principales pilares es el de los antioxidantes.

Los principales antioxidantes son: las vitaminas A, C y E, el complejo B, los carotenoides y ciertos oligoelementos como el Zinc y el Selenio.

Estos antioxidantes se encuentran en mayor cantidad en las frutas y verduras, particularmente los cítricos, los Berry, zanahorias, pimientos, el ajo, cebolla, tomates, el arroz y harinas integrales, entre otros muchos alimentos.

El mensaje es claro, simple, fácil de asimilarlo y económico de llevarlo a la práctica: consuma,  al menos, 5 porciones diarias de vegetales crudos: dos frutas y tres ensaladas o viceversa.  Haga la combinación que desee, pero complete las cinco.  Las ensaladas aderécelas con aceite de oliva y jugo de limón natural, aunque le dé “lata” y sea más fácil echarle el citroso de un frasco de plástico abierto semanas atrás.

 ¡Ah!  No olvide una tostadita de pan integral al desayuno, acompañando a una humeante tacita de té verde o rojo. En estos días primavera-verano se sentirá muy bien y lucirá muchísimo mejor.