TENER GUAGUA DESPUÉS DE LOS CUARENTA

Si bien, es poco frecuente que una mujer quede embarazada después de los 40 años, cada vez son más las parejas que se plantean un embarazo tardío, especialmente ahora, que se puede contar con la fertilización asistida.

Estas madres experimentarán mucho menos angustias laborales y económicas con la llegada del nuevo ser que si fueran jóvenes, porque ya han completado sus estudios y la vida laboral está bien consolidada. Muchas veces estas mamás han postergado la maternidad para lograr lo señalado antes, como asimismo, para tener encaminada la compra de una vivienda y haber viajado.

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Esta buena decisión tiene que ser tomada con responsabilidad.

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Este hijo crecerá protegido y con una serie de beneficios de la maternidad tardía. Si el embarazo fue sano, este recién nacido tendrá una talla 1 a 1.5 cm más, su lactancia será más prolongada y su alimentación en los primeros años será sana, porque su madre ya internalizó el concepto que no se debe ingerir productos con azúcar, gaseosas, ni grasas. Asimismo, es más probable que llegue a la educación superior que si hubiera nacido 10 años antes.
También hay inconvenientes. Serán los típicos padres abuelados, con dificultades para adaptarse a la generación en que crecerá el niño. También, estos papás tendrán que estar activos económicamente unos 10 años más a que si hubieran tenido los hijos en los primeros cinco años de matrimonio.
Asimismo, existen algunos riesgos propios de una gestación tardía, como el parto prematuro, con todas sus complicaciones y secuelas y, en segundo lugar, algunas malformaciones.
En Chile la incidencia del parto antes de las 37 semanas de gestación es del orden del 5% en la población general. Esta se eleva al 12% entre las gestantes de 40 años o más. En cuanto al riesgo de que el niño nazca con malformaciones o alteraciones cromosómicas, lo más estudiado es el síndrome de Down. Su incidencia aumenta exponencialmente con la edad materna: mientras que el porcentaje es inferior a uno entre 1000 mujeres menores de 30 años, en mujeres de 40 a 45 años el riesgo aumenta hasta 1 entre 105 y por sobre los 48 años se sitúa en torno a 1 por cada 15 mamás.