PREOCÚPESE DE LOS MORETONES DE SU HIJO

El niño con moretones, magulladuras, contusiones violáceas o equimosis en varias partes del cuerpo es siempre un signo de alarma, porque puede significar que su tendencia natural y espontánea a no sangrar -hemostasia- esté fallando.

Estos moretones o púrpuras pueden ser fruto de una caída en bicicleta o de un pelotazo, en un niño completamente sano. Sin embargo, también pueden revelar “que el delicado equilibrio de la hemostasia está alterado, experimentando chichones en situaciones en que al común de los niños no les pasa nada”, explica el pediatra, doctor Fernando Ruiz-Esquide Espinoza. Por último, no hay que olvidar que estas contusiones pueden deberse a golpizas que ha sufrido el niño, ya sea en el medio familiar o escolar.

La existencia de varias lesiones y, eventualmente, fracturas de más de un hueso o en diferentes etapas de consolidación deben hacer sospechar que el niño está expuesto a agresiones físicas por bastante tiempo, hecho muy común en el maltrato del lactante.

MORETONES DE CAUSA MÉDICA

En este caso, el defecto está “radicado en algún factor de la coagulación plasmática, en las plaquetas o en los capilares sanguíneos”, explica el especialista. Si bien el aspecto de la lesión, puede explicar la proclividad a sangrar del niño, no siempre es fácil la diferenciación.

Lo más común son las púrpuras de origen vascular, pero también pueden estar alteradas las plaquetas ya sea porque hay muy pocas o porque no funcionan bien. “Una enfermedad que cursa más bien con hematomas es la hemofilia y el caso más dramático en la historia es el del último zarévich de Rusia, tristemente recordado por la influencia maléfica que ejerció sobre él y su familia el desconcertante Rasputín”, agrega el pediatra.

SÓLO VARONES

La hemofilia está ligada al sexo, de modo que afecta sólo a los hijos varones. Los primeros en darse cuenta  de su existencia fueron los rabinos, que se pusieron en alerta ante los casos de algunos niños que sangraban desusadamente al ser circuncidados.

En la actualidad, se conocen bien los factores involucrados en este síndrome, permitiendo que el niño esté sin sangramientos por largo tiempo.

Otra alteración hereditaria con sangramientos y hematomas es la enfermedad de Von Willebrand, que la pueden presentar ambos sexos.

SINDROME DEL NIÑO GOLPEADO

Lamentablemente, existen niños que presentan moretones causados por golpes intencionales. Muchas veces se trata de lactantes y si no hay una anamnesis acuciosa por parte del médico, la causa del sangramiento puede pasar inadvertida, perpetuándose en el tiempo.

La violencia ha sido una constante en todas las sociedades ejerciéndose principalmente con los más débiles, en este caso los niños.

El maltrato infantil o síndrome del niño golpeado no es más que la expresión clínica de la violencia ejercida contra el menor, ya sea por sus padres, los depositarios de su cuidado, las instituciones e, incluso, la sociedad misma, al privar o no satisfacer sus necesidades fundamentales, impidiendo su óptimo desarrollo y perpetuando  este estilo  de violencia, no siempre física, en que el niño cuando mayor, tenderá a repetir este patrón conductual.

“Los factores que se pueden reconocer en el origen del maltrato infantil  son muchos, pero tienden a agruparse en culturales, sicológicos, educacionales, económicos y sociales, que crean una dinámica de violencia contra el niño ya sea a nivel familiar o extra familiar. Cuando la violencia contra el niño se ejerce en la familia, se produce contra niños más pequeños, recién nacidos o lactantes”, explica el doctor Ruiz-Esquide.

En el caso del bullying -matonaje escolar- que en general ocurre en niños un poco más mayores, entre 11 y 15 años, también pueden presentarse hematomas secundarios a golpizas repetidas, en este caso producidas en el colegio o liceo, particularmente entre los grupos que  sienten exclusión social donde se observa una inusitada violencia. La víctima y la audiencia que valida esta conducta perversa, en general mantienen silencio, contribuyendo a perpetuar el ciclo.

La medicina y, en particular la pediatría, han reaccionado relativamente tarde frente al síndrome del niño golpeado. Recién a mediados del siglo XX, John Caffey y luego Henry Kempe, en los Estados Unidos, señalaron los aspectos radiológicos, pediátricos, legales y psiquiátricos por lesiones múltiples y repetidas de origen traumático en niños.

Pinche el link para ver el artículo original:

http://www.lanacion.cl/preocupese-de-los-moretones-de-su-hijo/noticias/2011-12-06/114553.html